Principales Enfermedades Coloproctológicas
Hemorroides
Las hemorroides son venas hinchadas e inflamadas en el recto y ano que pueden provocar dolor, comezón y sangrado. Generalmente son ocasionadas por distenciones durante los movimientos intestinales y se presentan comúnmente en personas obesas. Existen dos tipos: las internas y las externas. El tratamiento varía según la gravedad y consiste en un cambio de dieta, laxantes y medicamentos para reducir la inflamación. En casos más graves, puede ser necesario realizar un procedimiento quirúrgico para quitar la hemorroide y brindar alivio al paciente.
Condilomas
Los condilomas anales se originan por una infección causada por el virus del papiloma humano, el cual se considera una enfermedad de transmisión sexual. Se presentan como pequeñas verrugas de color rosado o blanquecino, localizadas en la zona perianal o intra-anal. En la mayoría de los casos, producen molestias menores como prurito, sensación de cuerpo extraño en el ano o pequeño sangrado. Si no son tratados a tiempo, pueden crecer de forma considerable y crear lesiones de gran tamaño; además, pueden evolucionar en un cáncer escamoso. Los condilomas de pequeño tamaño se pueden tratar médicamente con crioterapia con nitrógeno líquido, podofilino al 25% o inmunoterapia. Los de gran tamaño deben tratarse quirúrgicamente a través de resección, electrocoagulación o láser.
Fisura anal
Las fisuras anales son pequeños desgarres en el revestimiento del ano que aparecen al eliminar heces demasiado duras o de gran tamaño. Las fisuras causan dolor y sangrado durante los movimientos intestinales, principalmente al evacuar. Su tratamiento consiste en un cambio de dieta, el uso de laxantes y la aplicación de cremas en la zona afectada.
Dermatitis
La dermatitis perianal es una afección común que consiste en una irritación de la piel que rodea el ano. Tiene muchas causas y se presenta de muchas formas, usualmente con piel seca, comezón o un sarpullido en la piel hinchada y enrojecida. En casos más graves, la piel se ampolla, supura, forma costras o se descama. La dermatitis no es contagiosa, pero causa incomodidad. La hidratación y el uso de ungüentos o cremas medicadas ayuda a controlar los síntomas.
Estreñimiento
Se define como estreñimiento cuando una persona evacúa menos de tres veces por semana o tiene dificultades para hacerlo. Las causas usuales no se deben a una enfermedad subyacente, sino a la deshidratación, falta de fibra en la dieta, inactividad física o efectos secundarios de medicamentos. El estreñimiento puede corregirse con un cambio de dieta que incluya alimentos ricos en fibra, beber más líquidos y hacer ejercicio en forma periódica. Los laxantes o ablandadores fecales también son útiles; sin embargo, es de gran importancia buscar atención médica cuando exista inflamación y dolor abdominal intenso y constante, cuando no se pueda defecar o cuando exista sangrado proveniente del recto, ya que el estreñimiento puede ser un síntoma de alguna enfermedad más importante.
Incontinencia Fecal
La incontinencia fecal ocurre cuando la persona pierde el control del gas o de las evacuaciones líquidas o sólidas. No es una etapa normal del envejecimiento, aunque conforme avanza la edad, existe mayor riesgo de presentarla. La incontinencia aparece cuando los nervios o los músculos de la región pélvica no funcionan adecuadamente. Los nervios, responsables de que la persona perciba la urgencia, pueden verse afectados por lesiones derivadas de enfermedades como la esclerosis múltiple, diabetes o accidentes cerebrovasculares. Los músculos, responsables de mantener el contenido en el recto, pueden resultar afectados por accidentes, el embarazo, cirugías anteriores o traumatismos en la zona pélvica. Otras condiciones como la diarrea, el estreñimiento o la debilidad muscular conforme avanza la edad, también pueden causar incontinencia. El tratamiento se enfoca en mejorar la función, tanto del organismo como de la vida cotidiana del paciente. Para ello, existen diversas opciones, dependiendo del tipo de daño y gravedad de la incontinencia, como son: cambios en la dieta, reentrenamiento para mejorar la continencia, terapias para mejorar la respuesta de los nervios o músculos involucrados (biorretroalimentación) y cirugía.
Absceso anorrectal
Los abscesos anorrectales son acumulaciones de pus en el tejido que rodea el ano y el recto. Generalmente, son causados por infecciones en la zona anal o glándulas bloqueadas. Pueden aparecer también por transmisión sexual o enfermedades como la de Crohn o diverticulitis. Sus síntomas incluyen dolor anal, constipación y fiebre. El tratamiento habitual para el absceso anorrectal es la cirugía y el uso de antibióticos.
Fístula anal
La fístula anal es un conducto infectado entre la piel y el ano. Este conducto se forma por la infección de alguna glándula anal que se extiende hacia la piel y originalmente desarrolla un absceso que, al drenar espontáneamente, origina la formación de un tubo infeccioso denominado fístula. Alrededor de la cuarta parte de los abscesos que drenan en forma espontánea se convierten en fístulas. Existen 4 tipos, dependiendo de su localización: extraesfintéricas, interesfintéricas, transesfintéricas y supraesfintéricas. Sus principales síntomas son dolor, inflamación, irritación de la piel, secreciones de sangre o pus por el ano y, en casos más graves, fiebre y cansancio generalizado. El tratamiento depende del estado de gravedad del paciente y generalmente requieren cirugía para eliminarlas.
Pólipos en el colon
Los pólipos de colon son pequeñas acumulaciones de células que se forman en el revestimiento del colon o del recto. No suelen presentar síntomas, pero algunos pueden derivar en cáncer. Existen dos categorías principales, los "no neoplásicos" que generalmente no son cancerosos y se clasifican en hiperplásicos, inflamatorios y hamartomatosos; y los "neoplásicos", que pueden ser adenomas o pólipos serrados, y tienen mayor riesgo de desarrollar malignidad. Cualquier persona puede padecer pólipos, principalmente las personas mayores de 50 años, las que fuman y las que tienen sobrepeso. El control regular, a través de colonoscopia, ayuda a garantizar que los pólipos se identifiquen y se extraigan antes de que presenten malignidad.
Cáncer Colorrectal
El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que comienza en el intestino grueso (la parte final del tubo digestivo) o en el recto. Es más común en adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general comienza como grupos pequeños y no cancerosos de células llamados pólipos que se forman en el interior del colon o recto. Con el tiempo, algunos de estos pólipos pueden volverse malignos. Existen muchos tratamientos disponibles para ayudar a controlar el cáncer colorrectal, entre ellos, la cirugía, la radioterapia y los tratamientos farmacológicos, como la quimioterapia y la inmunoterapia.
Sinus Pilonidal
El sinus pilonidal, también conocido como quiste pilonidal, es una neoplasia cutánea anormal con pelo y piel ubicada en el coxis. Este quiste puede infectarse fácilmente y causar dolor, enrojecimiento de la piel o drenaje de pus o sangre. El tratamiento consiste en drenar y extirpar quirúrgicamente el quiste, ya que, de no tratarse de forma adecuada, puede evolucionar en un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma espinocelular.